Cada vez más profesionales en España compaginan su empleo como asalariados con una actividad económica por cuenta propia. Este modelo híbrido permite aumentar los ingresos, explorar nuevas oportunidades y diversificar la carrera profesional. Sin embargo, también implica retos fiscales que pueden generar pagos inesperados si no existe una buena planificación.
La buena noticia es que combinar ambas actividades puede convertirse en una ventaja fiscal, siempre que se apliquen las estrategias adecuadas. A continuación, te presento las claves esenciales para optimizar tus impuestos si eres asalariado y autónomo al mismo tiempo.
1. Revisa las retenciones del trabajo asalariado
Uno de los errores más comunes cuando se combinan ambas actividades es no ajustar las retenciones de IRPF en la nómina. Las retenciones como asalariado se calculan únicamente en función de tu sueldo, pero no contemplan los ingresos adicionales que obtienes como autónomo.
Esto significa que, cuando llega la declaración de la renta, Hacienda suma ambos ingresos y puede situarte en un tramo impositivo superior. ¿El resultado? Una cuota elevada que muchos no esperan.
¿La solución? Ajustar voluntariamente tu retención de IRPF
Puedes pedir a tu empresa que aumente el porcentaje de retención. Es completamente legal y puede evitar sorpresas desagradables al final del año.
✔️ Ejemplo práctico
Si sabes que como autónomo generarás ingresos significativos, aumentar tus retenciones en nómina en 1-3 puntos podría equilibrar tu IRPF y evitar que te salga a pagar una cantidad muy elevada en la declaración del año siguiente.
Es una de las estrategias más simples y efectivas para quienes tienen doble actividad.
2. Aprovecha al máximo los gastos deducibles de tu actividad como autónomo
Otro de los pilares para optimizar tu fiscalidad cuando tienes doble actividad es deducir todos los gastos relacionados con tu trabajo por cuenta propia.
Los gastos deducibles permiten reducir los rendimientos netos de la actividad profesional, lo que disminuye directamente la base imponible del IRPF. Incluso si tu empleo asalariado es tu fuente principal de ingresos, estas deducciones pueden reducir significativamente la carga fiscal total.
¿Qué gastos puedes deducir como autónomo?
Dependiendo de tu actividad, puedes deducir:
- Gastos de trabajar desde casa (alquiler, suministros, internet…)
- Gastos de transporte y kilometraje
- Formación y reciclaje profesional
- Material de oficina y equipos informáticos
- Dietas y manutención en desplazamientos laborales
- Cuota de autónomos y seguros profesionales
- Servicios de gestoría, asesoría, abogados, marketing y publicidad
Cada gasto deducible reduce tu beneficio neto y, por tanto, tus impuestos.
¿Por qué es tan importante deducir todo?
Porque cuando se suman tus ingresos como asalariado y autónomo:
- Es fácil subir de tramo de IRPF
- Los pagos fraccionados pueden quedarse cortos
- Y el resultado en la declaración puede ser un pago alto si no has aplicado todas tus deducciones
Dedicar tiempo a registrar y justificar tus gastos profesionales puede marcar la diferencia entre pagar miles de euros… o ahorrar miles de euros.
Conclusión: combinar ambas actividades es una oportunidad si sabes cómo planificar tu fiscalidad
Ser asalariado y autónomo a la vez ofrece:
✔️ Mayor libertad profesional
✔️ Diversificación de ingresos
✔️ Posibilidades de deducción que los asalariados no tienen
Pero también exige una estrategia clara para evitar pagar más impuestos de los necesarios.
Las claves fundamentales son:
- Ajustar tus retenciones como asalariado
- Deducir correctamente todos los gastos relacionados con la actividad autónoma
Si aplicas estas dos estrategias, podrás anticiparte a tu declaración, controlar mejor tu liquidez y reducir tu factura fiscal sin estrés ni sorpresas.
🙏 ¡Gracias por leernos!
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